Visitar Chile y no recorrer la Isla grande de Chiloé,
es perder la oportunidad de conocer uno de los
lugares que posee una belleza natural que no
encuentra comparación con nada, es como estar en el
Paraíso, donde el tiempo se detuvo, para que la
humanidad pudiera encontrar un refugio en el fin del mundo.
Un lugar donde se unen naturaleza virgen y exuberante, su
gente, sus costumbres, seres mitológicos y una variada y exquisita gastronomía.
La Isla grande de Chiloé
es la segunda isla más grande de América del
Sur, posee una extensión, de norte a sur, de 180 km.
Entre la isla y el continente encontramos un gran
número de pequeñas islas, también de una gran
belleza natural, que conforman el Archipiélago de Chiloé. El Clima de la isla es de tipo templado lluvioso.
La
cultura chilota es, tal vez, dentro de Chile, una de las
pocas que se mantiene, a través del tiempo, inalterable. Su
gente es hospitalaria y muy cariñosa, apegados a sus
mitos y costumbres, principalmente en las pequeñas islas
que conforman el Archipiélago.
La gastronomía chilota se basa en productos que ellos mismos cultivan o extraen del mar, como papas, mariscos y pescados. El plato más característico de Chiloé es el curanto, que es un cocimiento de carnes, pescados, mariscos, papas, etc., el que se realiza en un hoyo en la tierra y se cubre con hojas de nalca, planta de gran tamaño que crece en esta zona.
La gastronomía chilota se basa en productos que ellos mismos cultivan o extraen del mar, como papas, mariscos y pescados. El plato más característico de Chiloé es el curanto, que es un cocimiento de carnes, pescados, mariscos, papas, etc., el que se realiza en un hoyo en la tierra y se cubre con hojas de nalca, planta de gran tamaño que crece en esta zona.
La
arquitectura es de un atractivo especial, sus casas
son de líneas muy simples donde predomina la madera
nativa. En algunos sectores de Castro, Ancud, Chonchi,
entre otros, podemos apreciar los famosos palafitos,
que son construcciones sobre pilares en el agua; y
finalmente las Iglesias de Chiloé.
Estas son conocidas en el mundo por su belleza;
fueron construidas en madera nativa durante el siglo
XVIII y existen en la actualidad 150 iglesias y capillas,
las cuales están declaradas Patrimonio de la Humanidad.
El Archipiélago de Chiloé
posee una gran cantidad de pueblos e islas que
permiten entregar diversas alternativas de programas y
excursiones para los visitantes. Se sugiere
permanecer en la Isla el tiempo suficiente para poder
conocer en forma detallada esta zona. Se pueden visitar ciudades
y poblados como Ancud, Ahui, Punta
Corona, Pingüineras, Quemchi, Aucar, Tenaún, Quicaví
(ciudad de brujos), Dalcahue, Castro, Isla Quinchao,
Isla Lemuy, Queilen, Cucao, Parque Nacional Chiloé, etc.
Además,
la posibilidad de convivir e interacturar a través
del Turismo Rural en casas especialmente habilitadas para aquellas
personas o familias que desean no solamente conocer o visitar lugares de
interes, sino también, relacionarse con personas y familias chilotas.
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